Cuando alguien escribe sobre Jim Morrison, ya sea por la edición o reedición de alguno de sus discos junto a The Doors o simplemente por dar a conocer una de sus facetas más desconocidas en español (como lo es su poesía), no se puede dejar de asumir, sea cual sea el aspecto de su vida que se quiera tocar, que siempre estarán entremezclados el mito y la realidad.
Ya es un lugar común referirse a su trayectoria como vocalista de The Doors y a más de alguna de sus más transgresoras y memorables presentaciones, según dan cuenta videos e historiadores de la música rock. No obstante, tratándose en esta oportunidad de una necesaria traducción de sus poemas a nuestro idioma, cuyas ediciones originales incluyen, entre otras, The Lords and the New Creatures (1971) y An American Prayer (1983), hay rasgos de su poética y su actitud ante el arte como forma de vida que están fuertemente marcadas por la irreverencia y la agresividad, lo que a nuestro entender es el producto de un sentimiento de pérdida, espontáneo y doloroso durante los primeros años de su vida, pero sarcástico y corrosivo en su juventud, dueño de la más absoluta lucidez respecto a las armas a utilizar y los destinatarios de su visión del mundo.
Su propuesta literaria es fácilmente reconocible: destruirlo todo, apurar si era posible el Apocalipsis, para luego convocar a su público a entrar “al dulce bosque” (véase El Cruce/The Crossroads). Algo así como el “buen salvaje” aniquilándolo todo para retornar al estado originario de la creación. También esto ya lo había sentido Rimbaud, uno de sus poetas más leídos, quien intentando reinventar la vida humana invitaba a sus lectores a entrar a “las espléndidas ciudades”, donde se encuentra la esperanza.
Hay zonas y momentos de la infancia reconocibles con verdadera ternura por el poeta Jim Morrison, porque pese a los reiterados llamados en sus poemas a romper con los valores familiares, siempre es posible descubrir, aún en una infancia infeliz, dulces recuerdos que sólo puede retener la imaginación de un niño. Así es como Morrison añora “(…) sentir/El canto/de los gorriones/y sentir la infancia”. Este sentimiento de pérdida viene a representar, desde la perspectiva de una adultez conflictiva y de ciudades degradadas, el último contacto suyo con un mundo lejano, transparente y entero, pero ya no recuperable (ver poema “Si solamente”).
El acto sexual mismo deja de significar para el poeta una instancia generadora de vida. El sexo se transforma, así, en un arma vergonzante y avasalladora utilizada no sólo contra la mujer sino contra una sociedad percibida como la “gran puta” a vencer, que deviene en una abstracción que hay que revolcar en su propio lodo: “yo culié la escoria de las ruinas/de un Imperio (…)”. (Ver poema “I fucked the dregs…”). Hay un evidente afán por hacerlo estallar todo, de castigar y castigarse, como Billy, el asesino psicópata, por ejemplo, protagonista de su breve guión cinematográfico “The Hitchhiker”.
Por sobre lo apolíneo prevalece, preferentemente, lo dionisíaco, con un sentido perverso de lo heroico. Como en el poema “La tentación original…”: “La tentación original era destruir/Los precipicios. La carretera. Los muros”. También percibimos cierto sentido romántico en su forma de plantearse la evasión, sintiéndose un verdadero Simbad en busca de aventura: “(…) ¡Arca! ¡Arca!/Cathay o Venecia. Mundos más allá,/y/Mundos después”. Pero, sin embargo, los significados últimos que subyacen siempre serán los de su patria personificada en el mito y la degradación: “Sueños LSD y Reinas españolas/L’America (¿otra?,¿solitaria?, ¿voz? (…)/L’America/Árbol amargo de la conciencia”.
Para concluir, podemos decir que las dificultades de traducción que presenta la poesía de Jim Morrison son las mismas que puede llegar a manifestar cualquier obra poética. Más allá de la preocupación primera que viene a ser la transcripción del sentido primitivo de un idioma a otro, que existe siempre que se trata de traducir, hay una serie de problemas propios en la traducción de un poema, entre los cuales están el captar los sentidos secundarios o el doble sentido, replicar una rima y mantener el ritmo del lenguaje. Algunos de estos problemas surgen en los poemas de Morrison que han sido antologados aquí. Por ejemplo, en The Original Temptation se encuentre la frase “The original heroism was to fall, To ball. The all”. La rima, constituida por las tres palabras fall/ball/all, no se pudo conservar completamente en la versión española, sin embargo fue posible reproducir parte del efecto sonoro con las dos palabras caer/culiar, que empiezan y terminan con las mismas letras.
En el mismo poema las palabras “steel and chrome” son traducidas por “acero y cromo”, dando una rima en español que no existe en inglés. Así se consigue una “compensación”, dentro del mismo poema, para la rima que falta en el ejemplo previo.
Siempre en “The Original Temptation” aparece un juego con “Top of the pile” y “The heap”, ya que “top of the heap” viene a ser el equivalente de “top of the pile”, pero con un contenido figurativo que significa “lo mejor” o “lo más alto”. En la versión española sólo se pudo conservar el sentido de las palabras, y no el juego.
En “Woman´s Óbice” ocurre una suerte de aliteración con las palabras “gloom gloom domo ruin”. Al traducir la frase por “oscura tristeza desastre ruina” se mantiene una aliteración en la medida en que tres de las palabras terminan con la letra “a”. Para poder utilizar esta aliteración y, al mismo tiempo, exprimir los dos sentidos de la palabra “gloom”, que son “oscuridad” y “tristeza”, fue necesaria la construcción “oscura tristeza”, separada del resto de la línea por una coma. Esto, a su vez, obligó a otra pausa después de “desastre” para mantener la percepción de tres ideas distintas con cuatro palabras.
Y, para terminar, surge otra clase de complicación, en “L’America”. Aquí se emplea una palabra inglesa alterada, que es “fumidor”. Tanto en inglés como en español esta palabra evoca la idea general de humo o de fumar. De hecho, existe en inglés la palabra “humidor”, que es un recipiente para guardar tabaco. Su traducción es español es “humidificador”, pero para conservar la alteración hecha a la palabra inglesa por Morrison, se optó por dejar en la versión española el vocablo “fumidificador”.
L’America
Sueños LSD y Reinas españolas
L’America (¿otra?, ¿solitaria?, ¿voz?)
Niño asmático, el fumidificador
L’America
Duquesa, conejo, el bosque bordeando el camino
L’America
Pearl Harbor – Estallado en el camino
L’America
Concebido en una ciudad – balneario
L’America
Importancia de playas o lagos
L’America
Lavamanos, serpientes, cavernas c/agua
Florida
Homo/-sex/-ualidad
L’America
Religión & Familia
L’America
Caída del avión en el Bosque del Este
Virginia
Lanzándose de un bombardero sobre los arrozales
L’America
Guerrilleros en el pueblo
L’America
Árbol amargo de la conciencia
L’America
Un veloz auto en la noche – la carretera
L’America
Avance de la Buena Enfermedad
L’America.
Bienvenido a la Noche, Jim Morrison