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EL MIEDO.

Eterna conciencia en el Vacío (hace que juicio y cárcel parezcan casi amigables) un Beso en la Tormenta (Hombre loco al volante arma de fuego en el cuello espacio muy poblado y que se arquea fríamente.) Un granero una cabaña con buhardilla Tu propia cara estacionaria en la ventana espejada con miedo al trágico neón frío de las sala de estar Estoy congelando animales hasta morir alas blancas de conejos gris terciopelo de ciervo El Cañón el auto, un artificio en el ESPACIO miserable Repentinos movimientos y tu pasado para calentarte en noches Sin Espíritu La Solitaria Autopista Frío viajero “a dedo” Temeroso de los Lobos y de su propia Sombra.

Autor: James D. Morrison.

Estoy perturbado
Inconmensurablemente
Por tus ojos
Estoy herido
Por la pluma
De tu suave
Réplica
El sonido del vidrio
Habla de un rápido
Desdén
Y oculta
Lo que tus ojos pelean
Por explicar.
————————
I am troubled
Immeasurably
By your eyes
I am struck
By the feather
Of your soft
Reply
The sound of glass
Speaks quick
Disdain
And conceals
What your eyes fight
To explain.

Autor: James D. Morrison.

Publicado: 5 diciembre, 2006 en Los Poemas Ocultos de James Douglas Morrison.
Un ángel corre
A través de la luz repentina
A través del cuarto
Un fantasma nos precede
Una sombra nos sigue
Y cada vez que nos detenemos
Caemos.
——————————
An angel runs
Thru the sudden light
Thru the room
A ghost precedes us
A shadow follows us
And each time we stop
We fall.

Autor: James D. Morrison.

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Publicado: 24 noviembre, 2006 en Los Poemas Ocultos de James Douglas Morrison.
La gran autopista
está
atestada
c/
amantes
y
buscadores
y
renunciantes
tan
ansiosos
de
complacer
y
olvidar.
Soledad.
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The grand highway
is
crowded
w/
lovers
&
searchers
&
leavers
so
eager
to
please
&
forget.
Wilderness.

Autor: James D. Morrison.

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Publicado: 24 noviembre, 2006 en Los Poemas Ocultos de James Douglas Morrison.
Fría música eléctrica
Lastímame
Lacera mi mente
c/tu oscuro sueño.
Frío templo de acero
Frías mentes vivas
en la costa estrangulada.
Veteranos de guerras extranjeras
Somos los soldados
de las guerras del rock and roll.
———————————-
Cold electric music
Damage me
Rend my mind
w/your dark slumber.
Cold temple of steel
Cold minds alive
on the strangled shore.
Veterans of foreign wars
We are the soldiers of
Rock & Roll Wars.

Autor: James D. Morrison.
PODER.
Puedo hacer que la tierra se detenga
en su curso, hice
las cosas más remotas, puedo cambiar
el curso de la naturaleza.
Puedo ubicarme en cualquier lugar del
espacio y el tiempo.
Puedo convocar a los muertos.
Puedo percibir sucesos de otros mundos,
en lo más profundo y oculto de mi mente,
y en la mente de los demás.
Yo puedo.
Yo soy.
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POWER.
I can make the earth stop in
its tracks. I made the
farthest things, I can change
the course of nature.
I can place myself anywhere in
space or time.
I can summon the dead.
I can perceive events on other worlds.
in my deepest inner mind,
& in the mind of others,
I can.
I am.

 

Autor: James D. Morrison.

La selección de poemas de Jim Morrison ha sido encontrada más que buscada. En ella se incluyen poemas leídos personalmente por ese moderno juglar ambulante, que fueron grabados en su momento, junto con textos y apuntes escritos en libretas y cuadernos, en hojas sueltas y diarios, que Jim Morrison dispersó como una siembra cósmica hecha al descuido en los puertos de su breve pero alucinado viaje por este incomprensible mundo.

Esta recopilación viene a completar y culminar la selección de poemas no publicados en vida de Morrison, En ambos casos se trata de textos que aparecieron después de la muerte del poeta Jim y contribuyeron rápidamente a enriquecer el mito de su vida, mucho antes de la parcial (aunque impactante) biografía fílmica que le dedicó Oliver Stone.

Como todo cuerpo poético coherente. Los poemas ocultos revelan y encaran las obsesiones de un artista disconforme, que pelea a brazo partido con la América de “frío y blanco pecho de neón”, construida sobre “ciudades podridas, pozos envenenados y calles manchadas de sangre”, donde la madre “fuma diamantes” y la penumbra es profunda y verde. Como en los climas verbales de los autores de la generación beatnik —principalmente Allen Ginsberg y, tal vez, Jack Kerouac—, Morrison encuentra la salida a través de una vertiginosa y señera huida hacia adentro, hacia el “dulce bosque” iniciático de los caminos sin arraigo, la “sala de estar de la pantera” y una naturaleza delirante que no es el valle ecológico posmoderno sino una tierra casi espiritual, en la cual puede hallarse a Dios sin ir necesariamente a su encuentro.
El poeta sabe que es un iluminado sencillo y sin pretensiones: ni un resentido urbano como Baudelaire ni un médium semidivino al estilo de Hölderlin. Es un rebelde que se manifiesta a través de los mass media, que empuña la guitarra eléctrica y canta como el “sabio sátiro” que es. Se lanza arriesgadamente al centro del rodeo (“¿qué estoy haciendo en la arena de la plaza de toros?”) porque sabe que, desde ese mismo lugar, puede conseguir “que la Tierra se detenga”. Su convicción apabulla, hoy, en estos años de escepticismo y patética muerte de la energía vital.
Morrison nos dice que “si el escritor puede escribir y el granjero puede sembrar “es porque es una “conciencia en el vacío”; pero no está solo, como buen “soldado de
las guerras del rock and roll.
¿Filosofía naïve con gesto de disgusto? ¿Evocación emocionada del mundo de Elvis, transgresor pero esperanzado, que se siente morir un poco con Brian Jones?
¿Afirmación ególatra de un poder dudoso? En Morrison las dudas son una forma de la certeza; en todo caso, él cree desesperadamente. No olvidemos que vivió en una época vital y extrovertida.

Los poemas ocultos permiten apreciar al gran poeta que fue Morrison mientras cantaba en la dionisíaca y mística elevación del rock naciente. El planeta le quedó
chico. Por eso su voz sigue sonando y aún ahora pueden leerse sus textos con sabor a eternidad.

NOTA. La mayoría de los poemas incluidos en esta selección carecen de título y,
además, muchos de ellos son muy breves.